Mascotas

Enfermedades transmisibles de los perros a los humanos: 8 enfermedades que hay que conocer

Hay una serie de enfermedades que pueden transmitirse de los perros a los humanos, incluso por medio de parásitos peligrosos: aquí hay 8 enfermedades que debes conocer absolutamente.

Cuando se habla de enfermedades que pueden transmitirse de los animales a los humanos, se trata de zoonosis: algunas de estas enfermedades pueden ser muy graves, por lo que quienes decidan adoptar una mascota deben vigilar siempre su estado de salud con revisiones periódicas en el veterinario, tanto para asegurarse de que la mascota está bien como para tranquilizarse ante la posibilidad de posibles contagios entre animales y humanos.

El perro sigue ocupando el primer lugar entre las mascotas más populares: estos amigos de cuatro patas pueden aportar alegría, amor, compañía y felicidad a un hogar, pero no hay que pasar por alto los posibles riesgos.
Por este motivo, en nuestro artículo veremos 8 de las enfermedades que pueden transmitirse de los perros a los humanos, centrándonos en las más comunes.

Zoonosis: cuando la enfermedad del perro infecta a los humanos

1. SCABBIA

La sarna, también conocida como sarna, es una enfermedad muy común y altamente contagiosa en los perros. Transmitida por ácaros parásitos, también puede afectar a gatos, conejos, hurones y muchos otros tipos de animales. La sarna también es una de las enfermedades que pueden transmitirse de los perros a los humanos.

Los síntomas de la sarna son bastante fáciles de identificar: un picor muy fuerte y la presencia de una dermatitis con escamas en la piel, con zonas en las que el pelo empieza a caerse. Si no se trata a tiempo y de forma adecuada, el rascado constante provoca lesiones más o menos graves en la piel que pueden infectarse.

En los humanos, el contagio es raro pero posible, y los síntomas son más leves porque los ácaros son menos resistentes en la piel humana. Como ocurre con todas las zoonosis, el contagio puede producirse en ambos sentidos: del perro al hombre y del hombre al perro.

Para prevenir la sarna en los perros, el animal debe recibir el tratamiento antiparasitario necesario y una desparasitación periódica. Asegúrese de revisar la piel y el pelaje de su perro después de los paseos en busca de ácaros y parásitos.

2. TENIA

La lombriz solitaria también se conoce como «tapeworm» y es un parásito intestinal que afecta a los animales carnívoros y omnívoros. Estos gusanos depositan sus huevos en el interior del cuerpo del perro, normalmente en la zona intestinal, y a partir de ahí pueden crecer hasta la impresionante longitud de 70 cm.

Una vez desvelados los huevos, los gusanos absorben los nutrientes del organismo anfitrión para crecer, lo que provoca los síntomas característicos de las tenias, como aumento del apetito, pérdida de peso, vómitos y diarrea. En los seres humanos, las tenias también pueden provocar insomnio y estreñimiento.

El perro suele ingerir una pulga infectada por la tenia y a partir de ahí comienza la infección: además de los síntomas mencionados, la infestación puede detectarse por la presencia de proglótidos, pequeñas partículas parecidas al arroz en las heces.

La cura de la tenia es un tratamiento farmacológico prescrito por el veterinario, mientras que la prevención es posible gracias a los tratamientos antiparasitarios periódicos y al mantenimiento de la higiene y la limpieza del entorno y de los objetos de nuestro amigo de cuatro patas.

3. GIARDIASIS

La giardiasis también es una enfermedad transmisible del perro al hombre debido a un parásito intestinal llamado giardia, que se transmite por vía fecal-oral: no olvidemos que los perros suelen tener la costumbre de comer las heces de otros animales.
Definida por la Organización Mundial de la Salud como la zoonosis más extendida en el mundo, es común no sólo en perros sino también en gatos.

El síntoma más evidente de la giardiasis es la presencia de sangre en las heces del perro, que son blandas y malolientes, con frecuentes episodios de diarrea. Los parásitos también impiden que el animal absorba los nutrientes de su comida, lo que provoca una pérdida de peso.

En caso de infección por giardia, su veterinario podrá prescribirle un tratamiento farmacológico adecuado, pero como en el caso de los demás parásitos del perro, el mejor tratamiento es la prevención: tratamiento antiparasitario regular y atención a las normas de higiene por encima de todo.

4. NEMATODI

Los nematodos son una familia de parásitos que los perros pueden contraer por vía oral. Desde aquí, las larvas pueden viajar al intestino o instalarse en la cavidad oral.

Una vez adheridas a las paredes del intestino o de la boca del perro, las larvas permanecen en estado latente hasta que se convierten en adultos. A partir de aquí, los gusanos comienzan a chupar la sangre del organismo anfitrión, provocando síntomas específicos como astenia, diarrea con restos de moco y sangre, falta de apetito, pérdida de peso y coprofagia. Si las larvas se instalan en los pulmones, también habrá trastornos respiratorios.

En caso de contagio, existen tratamientos vermífugos adecuados. Si los nematodos infestan a los cachorros o son muy agresivos en los adultos, pueden ser necesarias las transfusiones de sangre.
Una vez más, lo mejor es prevenir la enfermedad y mantener a su perro bajo supervisión regular.

5. LEISHMANIOSIS CANINA

La leishmaniosis canina es también una enfermedad zoonótica que puede transmitirse a los humanos a través de los perros. Existen varios tipos de leishmaniosis canina, todos ellos causados por protozoos parasitarios que infestan el organismo del huésped a través de la picadura de un insecto infectado.

Además, el contagio se produce siempre a través de la picadura de un insecto: en este sentido, la zoonosis nunca es directa entre el perro y el hombre, sino que siempre debe pasar por un loro portador de la enfermedad.

Una vez dentro del cuerpo del perro, la leishmaniosis tiene un ciclo de vida muy lento que lleva a la aparición de síntomas incluso años después de la infección: los síntomas visibles serán fiebre en el perro, inflamación de los ganglios linfáticos, dermatitis, cojera, pérdida de pelo, etc.

La leishmaniosis suele ser una enfermedad incurable en los perros: una vez que aparecen los síntomas suele ser demasiado tarde y la enfermedad suele conducir a la muerte inevitable del animal. Si se descubre a tiempo, existe un tratamiento farmacológico que puede tener éxito tanto en lo que respecta a la ralentización de la enfermedad como a la recuperación completa.

6. DERMATOMICOSIS

La dermatomicosis es una enfermedad parasitaria causada por hongos, que también es extremadamente contagiosa para los humanos: por eso, si tu perro enferma de dermatomicosis, además de un tratamiento farmacológico para tu perro es necesario limpiar el entorno para eliminar todo rastro de estos hongos extremadamente contagiosos.

Una de las formas más comunes de dermatomicosis es, sin duda, la tiña, pero hay muchos tipos diferentes de micosis en los perros y deben tratarse con cuidado y prontitud porque son muy fácilmente infecciosas.
Los síntomas más comunes se dan en la piel: la zona afectada sufre alopecia y se forman manchas rojas y sin pelo que provocan picor.

En el caso de la dermatomicosis, el tratamiento farmacológico se realiza de forma local o sistémica, dependiendo de la extensión de la enfermedad. La prevención, en cambio, es la típica de las enfermedades fúngicas caninas: atención a la higiene del perro y a los objetos con los que está en contacto frecuente.

7. LEPTOSPIROSIS

La leptosiprosis es una de las enfermedades más graves que pueden transmitirse de los perros a los humanos y está causada por la bacteria Leptospira, que suele infectar a los perros que beben agua contaminada por la orina de roedores enfermos. Por eso es importante no permitir que el perro beba de charcos o ciénagas y no dejar cuencos de comida o agua en el jardín.

Un perro que padece leptospirosis suele presentar los siguientes síntomas: fiebre, vómitos, diarrea, falta de apetito y cierto abatimiento general. Los síntomas se agravan a medida que la enfermedad avanza, alcanzando el hígado y los riñones. En los peores casos, puede provocar la muerte del perro.

Hoy en día, los cachorros son vacunados contra la leptospirosis, o al menos contra cuatro cepas de esta peligrosa bacteria. Sin embargo, para evitar el contagio del perro al ser humano, es conveniente evitar tocar la sangre y la orina del animal y mantener una higiene adecuada del perro y sus pertenencias. Tanto en el caso del contagio humano como en el animal, se utilizan antibióticos para el tratamiento.

8. RABIA

Prácticamente extinguida en Europa y en los países desarrollados en general, pero todavía presente en algunas partes de Asia, África y América Latina, la rabia es una enfermedad infecciosa de origen vírico que puede transmitirse entre animales pero también del animal al ser humano.

El virus de la rabia ataca el sistema nervioso central y suele ser mortal para el animal afectado. Hoy en día, en Italia, sigue estando presente entre algunos animales salvajes, como los zorros en la zona fronteriza de los Alpes. El vehículo más común de infección es la saliva, pero el virus también puede penetrar a través de heridas y lesiones cutáneas.

Si el virus ataca al perro, llega rápidamente al cerebro y aparecen los primeros síntomas, casi todos de carácter conductual: el perro se vuelve agresivo, irritable, tiende a morder y atacar. A veces aparecen el miedo y la inquietud, la fiebre y la espuma en la boca.

Una vez que la rabia ha progresado hasta tal punto que presenta síntomas claros, la evolución de la enfermedad es prácticamente imparable hasta que el animal muere.
En nuestro país, la vacunación antirrábica es obligatoria cuando se lleva un perro al extranjero, pero también se recomienda para los perros que tienen contacto frecuente con animales salvajes.

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